Qué fin de semana, llovía no, un quiero pero no puedo, y sí se mojaron las calles, nos mojamos, nos dimos el baño padre y luego vienen los catarros y demás, les he recibido de buenas maneras, espero no se acomoden demasiado,
Un finde intenso, de largo recorrido, en el que descubrimos varias cosas, entre ellas el poder de un libro que más adelante recomendaré, cuando me haga con él, o el sabor picante de unos pimientos contra los que no se puede pelear, o cómo nos disfrazamos nosotros mismos al caer la tarde y ser otros para la noche: yo el primero; esa es: la noche madrileña tan lejana antes, esa misma noche que ahora es parte importante de todo.
Y mientras encuentro mi lugar disfruto de un concierto flamenco fusión en el que la cercanía con los músicos (poder disfrutar de ellos y charlar más tarde con esos artistas, que son iguales, que somos nosotros) me hace pensar en la cercanía de todo, qué fácil y sencillo es ser feliz casi siempre y cómo nos empeñamos en cuartear, en diezmar nuestras posibilidades, pero la lluvia ya no nos acompañaba.
Y todo se seca, así como cuando no cultivas ni mantienes una amistad, o cuando haces algo que no está bien, pero te cuesta tanto decir lo siento y prefieres la distancia; estuve entendiendo algunas cosas, pero dejó de llover, y dejó de limpiar, y nos volvimos a casa, entre risas, comentarios y mucho nada que decir, a veces hay mucho que decir otras veces el silencio bien entendido vale, quizá nunca olvide este fin de semana, en el que he podido aprender tantas cosas que cuando vuelva a llover mezclaré y sacaré un buen zumo de todas ellas, pero mientras tanto pienso en el agua que llenó mi bañera en la que me dí un baño largo y necesario,
Tarde de domingo gris, plomiza tarde preludio de una semana extraña pero importante entre fiestas y puentes incompletos o completos según los casos. Mañana es lunes, los lunes son distintos, diferentes, se separan de todo, están a años luz del resto de los días, le espero, como gato panza arriba con ganas de jugar, de decirle susurrando, bienvenido, aquí estoy,
Un beso para cada persona de gran corazón,
4 comentarios:
Llovio?? ni me entere jejej, no sali de casa en todo el dia, no se que es peor. pero bueno, los dias de madrid son grises ultimamente, el color tiene que ponerlo uno... a mi se me esta acabando un pokito el color asi q mañana me ire al pueblo (ese que comparto con nuestra querida Amaya) para recuperarlo.
Pues sigo con mi catarro...bueno, que no catarro, más bien sigo solamente con la nariz congestionada pero parezco gangosilla a veces cuando hablo, jejeje.
estuve en mi pueblo, en ese que comparto con mikelillo ;)
y disfruté de pasear de nuevo por el monte, y disfruté de mis sobrinicas y de estar por allá como cuando era pequeña.
de vez en cuando se agradece volver...aunque mi pamplona me llena todo.
os quiero y echo de menos...a veces no escribo porq me encuentro perezosa perdida...pero sigo teniénoos aquí.
un besazo edu...sigo leyéndote ;)
Pues afortunado tu, que parece que el domingo no fue mal del todo, el mio sin embargo fue un domingo gris, plomizo, lluvioso y de despedidas. Una pena. Aun asi, espero que todo vaya a mejor.
Pero bueno, te deseo lo mejor y a ver si nos tomamos otro cafetillo de esos eternos antes de que acabe el año.
Saludos.
A veces hay que mirar con otros ojos o dejar de mirar si no te gusta lo que ves, es muy difícil pero hay que buscar siempre algo que nos dé paz, que no siga machacandonos, la lluvia llegará para limpiar, seguro.
Madrid puede que esté triste por ese gris, pero hoy volvió el cielo con nubes, y en ese pueblecito de Amaya seguro que recuperas el color, ella ha recuperado el sabor de antaño y ahora vuela por la vida como intentamos despegar poco a poco todos, otro besazo cariño.
El café es sencillo sólo es decir el día, para que los días sucios se queden en los posos que hemos de tirar a la basura, y lleguen otros más brillantes y luminosos, que vendrán, sin duda que vendrán,
Se os quiere a los que estáis y a los que no,
Un besazo,
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