viernes, marzo 18

El primer paso

Pasaron cien segundos silenciosos en los que pudo escuchar su corazón de verdad.

Todas las cosas que se había negado a sí mismo serían posibles a partir de ahora, había dado un paso del que nunca se arrepentiría, aunque era temprano para saberlo, él sólo fue capaz de saber lo que era y lo que quería a partir de ese momento, sus ojos se llenaron de lágrimas que no eran explicables, él no solía llegar al dolor con facilidad, solía ocultarlo para no mostrarse débil ante los demás, y escondía demasiado bien (realmente mal), sus debilidades.

Aunque el alivio de llorar le hizo saber dónde estaba, una vez fue capaz de secarse los ojos, levantó la mirada, pudo ver todo con más claridad que nunca, y se dijo a sí mismo que todo acababa de comenzar, su primer paso fue firme, su voz firme como el rugido del león dió gracias a la vida, que es lo que mueve todo, la que le dió la opción de ser él de nuevo, la misma vida que vuelve y te sorprende...

La Vida, que se disfraza de lo que quiere, La Vida.

lunes, marzo 14

El sobre

- Bien, esto es todo lo que usted necesita, le será de gran ayuda si lo utiliza de forma adecuada.

- Muchas gracias...

Un embalaje rudimentario, apenas un sobre grande de poco peso, que contendría unas hojas quizá, o un pequeño cuaderno, no evidenciaba un manual grande, ni voluminoso. Se apresuró a abrirlo antes de abandonar la sala, sus ojos se clavaron en el sobre, se borraron por un instante todos sus sentimientos, el sobre era el objeto más deseado, su contenido le devolvería su sonrisa, acabaría con sus dudas, con su inquietud, era un momento muy importante, su vida se llenaría de color, sabía que su momento llegaba.

Y abrió cuidadosamente el sobre, con cariño para no romper la armonía de su contenido, como acariciando el pelo de un crío, con la ternura que él recordaba en su infancia, ese instante fue eterno y por un momento parece que el tiempo se detuvo. Justo hasta que descubrió el contenido deseado, una cuartilla, era un folio lo que albergaba el torpe sobre en su interior, su manual era realmente pequeño, ¿tan poco necesitaría?. Raudo lo sacó del interior para leerlo lo antes posible, el tiempo iba rápido cual gacela africana salvando su vida, su corazón también acompañaba con intensidad inusitada.

Y no había nada escrito por delante, nada escrito por detrás, es un folio en blanco: es una hoja vacía. Esto debe ser un error, yo esperaba un manual, una forma de comprenderlo todo, porque no soy capaz de entender nada...

¿Dónde están las respuestas a mis preguntas? ¿Como uso ahora este manual que no contiene nada?.

Las preguntas rotundas se quedaban huérfanas, golpeando en su cabeza como si nadie supiese qué responder. De hecho él mismo no creía en que existiera algo o alguien que le pudiese ayudar a dar un poco de luz, pero este manual era más inquietante.

Se llevó el manual hacia su nariz para olerlo, con todas las dudas que tiene un niño cuando sale por primera vez a la calle y observa las aceras, los vehículos y las personas que se mueven rápido hacia algún lugar que no sabe que existe, efectivamente olor a papel nuevo. Al principio pensó que todo había sido un error, alguien se llevó su manual y él sólo podría reclamar una nueva copia, pero pronto supo que no iba a ser tan sencillo.

- Disculpe, creo que se ha confundido, aquí sólo hay un folio en blanco.

- Efectivamente, ese es su manual, hágalo suyo...

- Gracias de nuevo.

viernes, marzo 11

Desde la nada

- Su manual para vivir aún no está impreso, siéntese unos minutos a reflexionar...

Tratando de arrancar los grilletes y las anclas de gran tonelaje, el peso que no te deja vivir y te amarra firmemente al tú que ya no eres, pero que te persigue en medio de la lenta meseta porque anda viviendo en tí desde hace todo este tiempo, y ansía perpetuarse como si nada ni nadie lo pudiese perturbar. Y en el centro, nunca tímido, el sol, intentando alumbrar algo que de oscuro da miedo.

Caras sonrientes y alegres para la comedia más grande del mundo, la felicidad fingida como un arte de vivir, quizá en pesadumbre, pero sin arriesgar un ápice por no caer de rodillas y llorar como ha de ser.

Pero los robots no fueron capaces de mejorar esta versión y se limitaron a imitar a los humanos, cuando la diferencia a veces es menos perceptible de lo que nadie pudiese imaginar.

Aparecen caras sonrientes en las fiestas de los otros para aparentar una intranquilidad que relaje a su corazón, que no le deje pensar en lo impensable, para tachar algo que nadie puede ocultar.

En cada tiempo de invierno se puede aparentar un verano frío, cada vida que pasa sin llanto era otra comida sin sabor, aquella que apenas llega a distinguirse en el campo de cereales, caminando gris por la muerta meseta.

Cuánto tiempo para decidir nada de nada, cuanto espacio y tiempo perdido en nada elegante, regresando y volviendo a la triste estampa que apaga el fuego más fiero, la sonrisa vacía que no es capaz de llorar y se debate entre lo poco y lo ínfimo.

- Gracias, aquí me quedo...