miércoles, noviembre 28

La piedra del destino

Daba la impresión, quizá no fuera así, siempre fue tan metódico, tan calculador,

Pero estaba tan inmerso en sus asuntos rutinarios, en la banalidad del día a día, que se perdió lo realmente importante, quiso convertir en normal lo excepcional, se lo perdió, y nunca supo de su extraordinaria presencia, todo pasó inadvertido para el, creía que su vida ya era tan plana que nadie podría cambiar su horizonte, y lo logró,


Ya no hay vuelta atrás, había sido capaz de transformar su vida, y había normalizado cada salto, cada montaña, nada le podría hacer pensar, cambiar su mentalidad, se lo iba a perder casi todo,

Pero Jandro tenía una carta bajo la manga, nadie sabría cuales eran sus verdaderas intenciones, quizás el tampoco lo tenía tan claro...

2 comentarios:

Amaya dijo...

ostras, Jandro... así le llamábamos cariñosamente a mi padre. Qué casualidad.
Ains... qué cosita me ha dado... corazón.
Un besito.
en nada volvemos a vernos!!!
en nada!!!!!

Algane dijo...

Curioso vaya, casualidad total...

Un besazo, no queda nada y menos