lunes, agosto 25

Plata con pasos de Oro






Me emocionan, me llega el baloncesto a la sangre y me enardece, me levanta del sillón, me eleva, me transforma, es mi deporte, es mi especialidad, es parte fundamental de mi vida.



Y he visto a mis compañeros ganar una medalla en Pekín, de forma rotunda, jugando como ellos saben, concentrados, confiados, con la mente puesta en el espectáculo, la derrota, si sucedió, pasará a anécdota, el partido fue brillante, el mejor partido de baloncesto de todos los tiempos...

Sucumbiendo todas las naciones ante la todopoderosa "USA", España incluída, se llegó a la final con los americanos imbatidos, la previa perdimos de 37 en el partido de grupo, mucha gente auguraba lo peor, el desplome, el machaque de estos monstruos (cuya condición para jugar en la olimpiada es no pasar controles anti doping, la verdad ha de saberse Siempre) pero no, aposté siempre por ellos, tienen la clase, la casta, la fuerza y la disciplina de los campeones.

En varias jugadas los americanos hicieron pasos (aquello de no botar y dar 2 pasitos desde que recibes la bola) en América esto no se sanciona, en Europa sí, y me cuestiono la regla, por qué no tendemos todos hacia el mismo baloncesto, me imagino un penalty fuera del área, y no lo entendería, debemos ser congruentes porque si no queda la sensación de vergüenza, indignación, tantas cosas, que llevaron a una técnica al banquillo y otra más en la misma jugada a Ricky Rubio, total 4 tiros y posesión, a falta de minuto y poco perdiendo de 4 fue cerrar un partido que fue épico, aunque no estaba en el guión que ganase España (léase la medalla que "robó" Phelps).

Pero si hay que resignarse en la vida, que creo que no, estos jugadores no se resignan y lucharon hasta que la bocina les avisó de que se vistieran guapos, porque ellos, Campeones del Mundo y Subcampeones de Europa, iban a recibir la medalla de Plata de los Juegos Olímpicos. Veré este partido, tantas veces como para cansarme, aprenderé de su fe, de su esfuerzo y de sus habilidades, me siento orgulloso de unos jugadores inteligentes que no conocen límites, y que en esta ocasión perdieron un partido, pero sé que el siguiente lo vamos a ganar.

¡A por ellos!

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