Todos los miedos se fueron de vacaciones, el primer día del invierno pasaron mal día. Un mes después estaban medio congelados, y el frío se congeló y ellos pasaron a la historia: fusionados con nieve y costas infinitas de hielo...
No tenemos nada en el tintero, todo está por llegar, la vida vuelve a brotar en cada esquina, hay que tener los ojos bien abiertos.
Mis montañas están riendo alegres, vestidas del infinito vestido blanco que solía ser habitual siglos atrás.
Pronto estaremos en la alegría floral de la primavera, la promesa del todo una vez más, el tiempo puso todo en su lugar.
Y bailaremos frescos sobre la hierba, no hay nada en mi cabeza que más resuene ahora mismo.
Este es el sitio y el momento exacto.
El resto fue parte de la historia. Y añadiremos cosas.
Adelante vamos, con el empuje de nuestras velas...
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