La nieve de la
sierra (es hielo, muy compacto son neveros de verdad) y ya quedan pocos,
pero estamos entrando en septiembre, son un puñado de valientes los que se
asoman a la laguna de Peñalara, otros al valle del Lozoya, todos en la
vertiente sur del cordal principal de la sierra de Guadarrama, es un hecho
histórico, hace muchos muchos años que los neveros no superan la mitad de
agosto (en el mejor de los casos) y este año, alguno podría avanzar algunas
semanas más, no deja de ser una anécdota, pero nos recuerda inviernos pasados
cuando los más viejos
del lugar hablaban de las nieves eternas, los restos de
los glaciares que en su día tallaron las cumbres más altas de nuestra bella
sierra.
Y este invierno
fue duro, casi de los de antes, con mucha nieve acumulada, metros de espesor, y
temperaturas frías, después del deshielo, no tuvimos demasiados chubascos ni
tormentas, esto hace que el hielo que se acumuló haya podido sobrevivir tanto
tiempo, mañana se acaba agosto y tenemos varios aparatos todavía a unos kilómetros
del gran horno que es Madrid.
Y si la meteo es
muy generosa, podríamos ver alguna nevada a partir de octubre (noviembre suele
ser el mes en el que arranca a nevar estos últimos inviernos), los últimos
restos casi se podrían rellenar con los primeros copos que ya ansío, aunque
este año, sigo con la mirada puesta en el blanco excepcional que nos regaló
este invierno, quizá como compensación por el triste y rácano anterior…